El Mezcal, cada sorbo un encuentro.


El Mezcal, milenaria bebida de nuestros ancestros, cobra fuerza y resurge recordando nuestro origen con imparable contundencia para colocarse hoy entre las bebidas más buscadas y cotizadas del mundo.

La clasificación del  Mezcal atiende al tipo de agave, a su origen y al proceso de elaboración, factor esencial que crea el estilo y personalidad de cada lote producido de este liquido milenario. Dentro de este proceso está la ausencia  o presencia del añejamiento en barrica o en vidrio lo que añade un twist a su ya compleja presencia.
Son variados los agaves con los que se puede producir Mezcal, de hecho esta diversidad es parte de su razón de ser, de su diferenciador como categoría.  El proceso de elaboración del Mezcal es único en su tipo, razón por la cual hoy se ha convertido en una bebida de impactante atractivo.
Los Mezcales jóvenes no se añejan, proyectar el sabor más auténtico de la tierra y el agave (o ensamble de agaves) de los cuales está elaborado.  Sus sabores son herbáceos, vegetales, florales, cítricos, minerales, especiados, terrosos y micro orgánicos.
Los Mezcales Reposados se añejan en barricas generalmente barricas usadas sus sabores son avainillados, sus aromas dulces y amaderados
Los Mezcales Añejos poseen un mínimo de meses de de añejamiento en barricas generalmente barricas usadas su sabores son muy ahumados, acenizados y amielados.
En los Mezcales artesanales y tradicionales cada agave, cada región, cada tipo de suelo da sabores y aromas únicos en cada lote de elaboración, inclusive cada uno de los factores climáticos que están afectando a un agave en el momento de ser jimado marca una diferencia, razón por la cual cada lote de cocción y fermentación muestra condiciones y cualidades diferentes según aún en la misma etiqueta.
La destilación es un arte en cada lote pues la graduación alcohólica dependerá de la cantidad de azucares fermentados. La evaporación y condensación del alcohol ya sea en alambique de cobre, columnas u olla de barro ofrece un abrazo distinto al paladar en cada caso. Una bebida de Dioses, sacrificios, encuentros, historia y vida.

Por Sandra Fernández