"La Mejor Cata de mi Carrera"

Este ha sido de los artículos más difíciles que he escrito, pues las lágrimas  no dejan de rodar por mis mejillas.  Ninguna cata, jamás me había inundado con tanta emoción, tanta felicidad y tanto nerviosismo al mismo tiempo.  Difícil lidear con todo esto mientras descorcho, cato, filtro, decanto y preparo a temperatura,  30 botellas, de las más caras y exquisitas que región alguna puede producir.

El respeto que estos vinos me merecen y el honor que representa ofrecerlos, degustarlos, pero sobre todo conectarlos con este público,  es una de las máximas aspiraciones a la que un Sommelier pudiera anhelar.

Los grandes, los verdaderos grandes,  me ayudaron a hacer historia.
La fecha, 16 de Noviembre de 2011, el lugar, la Europea sucursal Toreo , Cd de México.

Château Latour        1994,  Château Haut Brion 2004, Château Mouton Rothschild 2004,  Château Cheval Blanc 2007 y Château D´ Yquem 1996.  Una colección Bordalesa difícil de mejorar. 

Asi mismo y con gran paso de boca para dar bienvenida de estos excelentes vinos, serví, ni más ni menos, el mejor Champagne del mundo, Armand de Brignac Brut Gold, el famoso “Ace of Spades”. 

Con una cátedra sobre Burdeos (que me llevo más de una semana escribir y diseñar), fui llevando a la gente a conocer las regiones más famosas del mundo y profundizar en la historia, las regiones, climas y suelos que hacen de cada zona algo especial.  La gran división de los ríos y la Clasificación de 1855 son clave para entender los estilos de los grandes Châteaux, su precio y su indudable fama.

Después de las finísimas burbujas de Armand de Brignac Brut Gold, su hermoso color dorado y su aroma a flores y duraznos blancos y su bouquet a brioche recién horneado empezó la cata de los famosos.

Château Latour          1994, Pauillac
Iniciamos con el más veterano, su edad permitió ser el vino más suave e integrado de todos.  Los taninos firmes pero suavizados por el paso del tiempo y la madurez adquirida por la guarda nos develaron un gran estilo.  El Burdeos de edad, con notas atejadas en el borde. Aromas vinosos, grafito, alquitrán, tabaco, cuero, establo, especias.  En boca sedoso, con acidez que lo mantiene vivo, un tanino con fuerza media baja, un alcohol bien moderado. Vinoso y de larga permanencia en boca.  Un maduro y gran señor.

Château Haut Brion 2004, Graves-Pessac Léognan
Continuamos con el de estilo más diferente a los otros, un vino joven todavía, de color violáceo brillante y notas muy minerales y metálicas, terrosas y ahumadas. Moka, champiñón, tierra mojada, ocote quemado, un poco salvaje y mucha ceniza.  En boca acidez, alcohol y taninos en balance con buena presencia en un nivel alto de potencia. Un retrogusto prolongado con su gran alcurnia. Un joven rebelde que sabe lo que quiere.

Château Mouton Rothschild 2004,  Pauillac
El tercer vino tinto de la noche. Un estilo sobrio, robusto, bien guardado, potente, proyectando mucha personalidad. Un color tinto intenso casi violáceo. Mucho extracto a la vista y en boca. Alta pigmentación y bien concentrado.  En boca uno de los mas afrutados. Mucha mora, zarzamora, casis y grosella cubiertas por una madera ahumada perfecta y bien integrada. Regaliz, especias de cocina. En boca mineral, taninos presentes, astringentes y firmes, acidez alta, alcohol medio bajo y un retrogusto impactante. Una implacable personalidad.

Château Cheval Blanc 2007, St. Emilion
(Muchos saben de mi debilidad por Cheval, mi consentido, al que le debo que yo me haya dedicado en cuerpo y alma a esta profesión.)  El vino más joven de los tintos. Resulto el más aromático y extrovertido de todos. de color violáceo casi negro, difícil de ver a través de él. Brillante y con gran reflejo de luminosidad. En nariz los pimientos morrones, las hierbas frescas, la pimienta negra, las cerezas en licor no dejaron de aparecer desde su primera nariz.  En boca un vino brioso, de taninos intensos bien presentes pero con una redondez mágica. Una dama cubierta en armadura.

Château D´ Yquem 1996, Sauternes
El broche de oro.  Nunca mejor definido. Su color dorado ambarino anticipo el gran final.  Untuoso, viscoso y amielado a la vista. En nariz, sin siquiera agitar la copa, se escaparon aromas a melocotón, durazno en almíbar y  membrillo.  Al despertarlo con la agitación de la copa las notas increíblemente únicas de la botrítis se dejaron respirar. Algo entre el plástico de burbujitas que uno revienta con los dedos y una muñeca nueva podrían describir lo mircro orgánico de este vino. Su alta acidez es clave para crear la conjunción perfecta con el azúcar. Dátiles, piel de naranja, avellanas rostizadas y mas flores y miel seguían saliendo interminables de las copas que aguardaron el elixir mas divino que finalmente fue probado para cerrar la mejor noche de vinos del año.


Gracias a cada uno de estos seres vivos, habitantes de botellas anheladas, que desde su propio momento en el tiempo y su muy privada evolución me hayan permitido explorarlos y ofrendarlos a un público que los esperaba por años.  Gracias a La Europea, sin ella esto no hubiera sido posible. Gracias a mis maestros y a los grandes compañeros que he tenido en este viaje enológico de 12 años,  por que cada uno de ustedes me ha dejado lo que se necesita para derramar lágrimas ante estos vinos.


1 comentario:

  1. quiero llorar vino, beber conocimiento, encontrar la magia de la vid en una vida de vino... salud Sandra

    ResponderEliminar